La ciudad se encuentra en un lugar privilegiado, por un la do tiene el Mar Mediterráneo y por el otro elevadas cimas desde donde las vistas panorámicas son excepcionales.
Abandono Menton y me dirigo a esas montañas que he mencionado, pues desde abajo se ve una carretera que me llevará hacia mi siguiente destino, un pequeño (un par de calles) pueblo llamado Saint Agnes, pero es una maravilla de pueblo, calles empinadas, casas antiguas y unas vistas maravillosas desde la cima de las ruinas del castillo a las cuales ascendí. Es espectacular la visión del Mediterráneo que en el horizonte se confunde con el cielo.
Sin duda imágnes espectaculares que recordaré de este viaje.
Sin duda Saint-Agnes ha sido el descubrimiento de este viaje, por supuesto si alguna vez viajaís a la Costa Azul no os olvideis de ir a este lugar, para mi está entre los mejores recuerdos de estos días. Nunca lo olvidaré.
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