La Guerra da Restauração o Guerra de la Independencia de Portugal fue una serie de enfrentamientos armados entre el reino de Portugal y la Monarquía Hispánica. Esta contienda comenzó con el levantamiento en favor de la Restauración de la Independencia del 1 de diciembre de 1640 —que puso fin a la monarquía dual de la dinastía Habsburgo que databa de en 1580— y terminó con el Tratado de Lisboa de 1668, firmado por Alfonso VI de Portugal y Carlos II de España, en el cual se reconoció la total independencia de Portugal. El alzamiento de 1640 y la dilatada guerra que desencadenó pusieron fin a un periodo de sesenta años de dominio de la Casa de Austria en Portugal.
El período de 1640 a 1668 se caracterizó por enfrentamientos periódicos entre Portugal y España, tanto pequeñas contiendas como graves conflictos armados, de los cuales muchos de ellos fueron ocasionados por conflictos de España y Portugal con potencias no ibéricas. España participó en la guerra de los Treinta Años hasta 1648 y en la guerra franco-española hasta 1659, mientras que Portugal participó en la guerra luso-neerlandesa hasta 1663. El frente se mantuvo estático y, por parte española, fundamentalmente a la defensiva hasta 1660, dada la prioridad que la corte madrileña otorgó a sofocar la Sublevación de Cataluña. Las principales plazas no cambiaron de manos.
La guerra estableció la casa de Braganza como nueva dinastía reinante de Portugal, en sustitución de la Casa de Habsburgo. Esto puso fin a la llamada Unión Ibérica.
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Coronación de João IV el 1 de diciembre de 1640. Cuadro de Veloso Salgado Museo Militar de Lisboa |
Las cinco batallas principales fueron:
Batalla de Montijo (26 de Mayo de 1644)
Tuvo lugar el 26 de mayo de 1644 en Montijo, provincia de Badajoz, (España). El portugués Matias de Albuquerque, al mando de un ejército compuesto por seis mil hombres de infantería, mil cien de caballería y siete cañones junto con ciento cincuenta holandeses, cruzó la frontera hispano-portuguesa y sin encontrar ninguna fuerza que le hiciera frente, tomó la plaza de Montijo, en territorio español, sin dificultades. El Marqués de Torrecusa, enterado de la incursión portuguesa, destacó un ejército de seis mil infantes y dos mil quinientos caballeros, cuyo mando confió al barón Mollingen.
En el encuentro que ambas fuerzas mantuvieron, los españoles obligaron a retirarse a los portugueses con aproximadamente cuatro mil bajas, frente a las mil españolas. A pesar de sus bajas, los portugueses consiguieron reorganizar parte de sus fuerzas y contraatacar, cogiendo por sorpresa a muchos españoles que estaban saqueando los despojos portugueses. Los portugueses salvaron algo de su equipaje y se retiraron.
Batalla de Linhas de Elvas (14 de Enero de 1659).
Tuvo lugar en Elvas (Portugal). En 1658 un ejército español, comandado por Luis de Haro, acampaba en la frontera del río Caya, con 14.000 hombres de infantería, 5.000 de caballería, artillería, municiones, etc.
Transcurren varios días en que los españoles preparan el cerco de Elvas, y los portugueses la defensa de la ciudad. Luis de Haro distribuyó sus tropas a lo largo de trincheras, dando órdenes para que se realizase una estrecha vigilancia para impedir que Elvas recibiese avituallamientos o cualquier otra clase de ayuda del exterior, de tal modo que sólo la llegada de un verdadero ejército podría evitar la capitulación de la plaza. Las tropas españolas instaladas en las dos colinas más próximas comenzaron a bombardear la ciudad de Elvas, causando pánico y grandes bajas en la población. Pero el mayor peligro era la peste, que causaba cerca de 300 muertes por día.
En esta situación, el conde de Cantanhede, Antonio Luis de Meneses, reunió en Estremoz un ejército de socorro. compuesto de 8.000 infantes, 2.900 caballeros y siete cañones. Habiendo quedado acordado entre el conde de Cantanhede y D. Sancho Manuel que el ataque a las líneas de Elvas se haría por el sitio conocido como Murtais, el ejército portugués salió de Estremoz y marchó hacia la plaza sitiada. El ejército portugués ocupó las colinas da Assomada, desde donde se avistaba la ciudad de Elvas y las líneas enemigas, éstas en un majestuoso campamento. El 14 de enero, cerca de las ocho de la mañana, los portugueses desencadenaron el ataque, como estaba previsto, por el sitio de los Murtais. La victoria se mantuvo indecisa durante algún tiempo, pues al ataque correspondía una vigorosa defensa del lado español, pero a cierta altura las tropas del conde de Cantanhede lograron romper irresistiblemente las líneas españolas, que comenzaron a ceder terreno y no tardaron en huir. Las pérdidas sufridas por los españoles en esta batalla fueron enormes. De los 18.000 hombres comandados por Luis de Haro, apenas 5.000 infantes y 300 caballeros consiguieron alcanzar Badajoz.
Batalla de Ameixial (8 de Junio de 1663).
También conocida como Batalla de Estremoz, tuvo lugar el 8 de junio de 1663 cerca del pueblo de Santa Vitoria do Ameixial, aproximadamente a 10 km al noroeste de Estremoz. En la primavera de 1663, la corona de los Habsburgos españoles había emprendido su ataque más acertado desde el comienzo de la guerra. Al mando de Juan José de Austria, hijo natural de Felipe IV, las fuerzas españolas, con un total de 26.000 hombres en su mayoría constituídas por soldados castellanos y también italianos, invadieron la mayor parte del sur de Portugal. La importante ciudad de Evora fue tomada el 22 de mayo, abriendo perspectivas para en marzo caer sobre Lisboa, 135 km al oeste. Pero la carencia de municiones, provocada por la presencia de fuerzas portuguesas en los flancos del ejército resultó en problemas que condicionaron al ejército de los Habsburgos. Los portugueses consiguieron reunir un ejército de 20.000 hombres, entre regulares y milicias, con el que hacer frente a las tropas de Felipe IV. Juan José de Austria decidió salir de Evora y colocar su ejército en una posición estratégica al noreste de Evora y esperar el enemigo dejando una guarnición de 3.700 hombres en la ciudad.
El ejército portugués fue reforzado por un cuerpo de tropas inglesas (1.500 hombres) y puesto al mando del mariscal francés Frederick Schomberg y del comandante supremo, el Conde de Vila-Flor.
El 8 de junio, el ataque portugués rompe las posiciones españolas siendo crucial la experiencia del Duque de Schomberg. Las pérdidas de las fuerzas de Juan José de Austria, entre castellanos e italianos fueron superiores a 12.000 hombres (casi un 50%) obligando al ejército a retirarse a Badajoz. Finalmente la guarnición española de Evora de 3.700 hombres capituló el 24 de junio de 1663. Las pérdidas portuguesas llegaron a un total de 1.000 hombres entre muertos y heridos.
Batalla de Castelo Rodrigo (7 de Julio de 1664).
También llamada batalla de Salgadela, se en Salgadela, freguesía de Mata de Lobos, en el término municipal de Castelo Rodrigo (Portugal). En respuesta al intento de saqueo de la villa española de Sobradillo por el ejército portugués, una fuerza de 3.000 soldados españoles bajo el mando del Duque de Osuna Gaspar Téllez-Girón entró en territorio portugués por la frontera de Beira y puso cerco a la villa de Castelo Rodrigo.
El castillo de Castelo Rodrigo estaba defendido por una pequeña guarnición de 150 hombres, en cuya ayuda acudió el gobernador militar de Beira, Pedro Jacques de Magalhães con el mayor número de fuerzas portuguesas que pudo reunir, cifradas en 2.500 hombres. Repeliendo el primer ataque español, el contraataque portugués forzó la retirada de los españoles con 1.000 bajas. La tradición local cuenta que el Duque de Osuna consiguió escapar disfrazado de fraile; lo que sí parece cierto es que cayeron en manos portuguesas importantes documentos de valor histórico, entre ellos el archivo del Duque de Osuna.
Batalla de Montes Claros (17 de Junio de 1665).
También llamada Batalla de Villaviciosa, tuvo lugar el día 17 de junio de 1665, entre Vila Viçosa y Borba (Portugal), una contienda entre españoles y portugueses enmarcada dentro de la Guerra de Restauración Portuguesa. Las tropas españolas al mando de D. Luis Francisco de Benavides Carrillo de Toledo, Marqués de Caracena y General del Real Ejército de Extremadura, penetraron en territorio portugués a través de la frontera del Alentejo. A su encuentro se dirigieron los portugueses encabezados por el marqués de Marialva, D. Antonio Luis de Meneses y el Conde de Schomberg. La batalla duró unas siete horas con numerosísimas bajas del bando español (4000 muertos y cerca de 6000 prisioneros), mientras que del bando portugués se contabilizaron 700 muertos. Ya por la noche los soldados españoles, derrotados, llegaron a Juromenha y desde allí se encaminaron a los cuarteles de Olivenza y Badajoz. Un derrota sin paliativos del ejército español, aunque las cifras bailan según el bando que las cuente.
Se considera que esta batalla impulsó la definitiva Independencia de Portugal, reconocida por España en febrero de 1668 con la firma entre ambas partes del Tratado de Lisboa. Está pues fue la última batalla de la Guerra de la Independencia. Hace ya 353 años de este histórico acontecimientos estudiado por numerosos autores entre los cuales destacar a D. José Paulo Berger con su obra “A Batalha de Montes Claros. Perspectiva de um Engenheiro Militar”. Actualmente existe en el lugar un monolito conmemorativo de este día histórico en la frontera entre España y Portugal.