martes, 31 de julio de 2018

Cabo Espichel


Pasear por Setubal, descubrir su casco histórico y su puerto es una auténtico placer, no dió tiempo a mucho en esta ocasión, esos si, probamos uno de sus platos típicos, el "choco frito", y tras pasar un día en una de sus playas, (Praia da Figueirinha), pusimos rumbo al Cabo Espichel, en la costa atlántica portuguesa, al oeste de la ciudad de Sesimbra, es el punto más meridional de la desembocadura del río Tajo con unas impresionantes vistas desde sus acantilados hacia el océano Atlántico.  


En el lugar se encuentra el Santuario de Nuestra Señora del Cabo Espichel o Santuario de Nuestra Señora de Pedra Mua, conjunto arquitectónico religioso que data del siglo XV, aunque las edificaciones que actualmente se pueden ver son del siglo XVIII. Su edificio está dotado de una fachada flanqueada por dos torres campanario cubiertas con cúpulas orientalizantes, y rematada por un frontón ondulado, con un nicho central con la imagen de la Virgen. La auténtica imagen de la Virgen se guarda en una labor de plata dorada ubicada en la capilla mayor. No pudimos entrar pues durante ese día estaban grabando en su interior y permaneció cerrada. 


A ambos lados del santuario, y formando una extensa U con un patio en el centro, existen varias residencias para peregrinos, de dos pisos cada una, separadas en unidades familiares y con dependencias comunes, como cocinas o leñeras. En la actualidad se encuentran abandonadas. A pocos metros del santuario se puede ver una fuente monumental alimentada por un largo acueducto, que ya desde el camino se pueden ver algunos tramos.

 

En 1430 había un pequeño faro para señalizar el cabo. El faro moderno fue mandado edificar por orden del Marqués de Pombal en febrero de 1758, entrando en funcionamiento en 1790. 


 Más fotografías en mi

lunes, 2 de julio de 2018

Praça Forte de Évora




La visita a esta ciudad ha sido uno de los grandes descubrimientos del Alentejo, una impresionante historia militar con bastantes restos de esta arquitectura militar muy bien conservados, un largo paseo en busca de estos restos hace que descubras la ciudad, su historia, que resume la historia del Alentejo. Os dejo en esta entrada un pequeño resumen de su historia y algunos detalles de su arquitectura militar, aunque otros puntos de interés son sin duda la Iglesia de San Francisco con su Capela dos Ossos (Capilla de los Huesos), sus plazas y jardines o la Catedral de Santa María de Évora, además de admirar sus espectaculares edificios.

HISTORIA
La ocupación humana en la ciudad de Évora se remonta a la época romana, hace 5000 años, como atestiguan varios restos megalíticos en la zona. Évora fue catalogada como municipio bajo el nombre de “Ebora Liberalitas Júlia“, título honorífico concedido por Julio César. Los romanos rodearon la ciudad por una muralla, siendo esta la primera fortificación, en el siglo I a.C. y que más tarde en el siglo III fue recrecida en un contexto de inestabilidad política del imperio romano.
Los musulmanes conquistaron la ciudad en el año 714 de la mano de Abd al Aziz ibn Musa, primer “wali” del Al-Andalus. Luego en el año 913, Ordoño II de Galicia cercó la ciudad y la conquistó masacrando la ciudad, todo ello gracias al mal estado de las murallas que fueron reconstruidas. Bajo el dominio musulmán la ciudad conoció un período de esplendor económico y político gracias a una ubicación privilegiada, durante los siglos XI y XII. Fuentes cristianas afirman que Évora en esta época poseía dos alcázares.


 En el año 1165 fue ocupada por los cristianos por la acción de Geraldo sem Pavor, junto con varias localidades alentejanas. Se produjo un crecimiento de la ciudad fuera de la cerca musulmana. Este crecimiento llevó a crear una segunda cerca de murallas en el siglo XIV, las obras se iniciaron en el reinado de Alfonso IV de Portugal, monarca que residió en Élvas largos periodos de tiempo, se realizaron trabajos en las barbacanas, fosos y muros. Las obras se concluyeron en la época del reinado de Fernando I de Portugal, denominándose com Cerca Fernandina que sería ampliada bajo el reinado de Alfonso V. 


El siglo XVI fue “el siglo de Oro” de Évora, al convertirse en uno de los más importantes centros culturales y artísticos del reino. Évora fue favorecida por los monarcas portugueses, que aquí pasaban largas estancias, familias nobles se instalaron en la ciudad construyendo grandes palacios que se pueden observar dando un paseo por la ciudad. D. Manuel I le concedió el Foral Novo en 1501 y construyó patios reales en Évora, en una mezcla de estilos entre el mudéjar, el manuelino y el renacentista. Durante el reinado de João III fue construido el Acueducto del Agua de Plata.



En el siglo XVII, durante la guerra de Restauración, se construyó la Cerca Abaluartada convirtiéndola en una plaza fuerte. Pese a ello en 1663 fue tomada brevemente por las fuerzas españolas bajo el mando de D. Juan de Austria. Ya en el siglo XIX durante la guerra contra los franceses, Évora, poco guarnecida no pudo resistir el ataque de las tropas napoleónicas. En el siglo XIX, las murallas medievales fueron preservadas en gran parte, pero de las antiguas entradas sólo la Puerta de Avis se mantuvo.


Desde 1922 el conjunto de las murallas de Évora: la Cerca Velha (romana, árabe y cristiana), la Cerca medieval o Nova, y la Cerca abaluartada, se encuentran clasificadas como Monumento Nacional. Desde 1986, su conjunto del Centro Histórico de Évora se encuentra clasificado como Patrimonio Común de la Humanidad por la UNESCO y como Monumento Nacional desde 2001.



LA CERCA VELHA

Sería el primer perímetro amurallado construido por los romanos y que con algunas modificaciones protegió la ciudad también en los períodos visigodo, árabe y primeros siglos cristianos hasta el reinado de D. Alfonso IV. Tenía un perímetro de unos 1000 metros de forma pentagonal, constituido por muros con fosos, pontones y más elementos militares añadidos en siglos posteriores. Disponía de cuatro puertas protegidas con torreones, dentro de la cerca estaba el castillo. La cerca fue casi demolida para construir la Cerca Nova, en tiempos de D. Fernando, actualmente se conservan algunas torres y paños, como las torres del Palacio de los Condes de Basto o el Palacio de los Cadaval, una de las más importantes piezas de la red militar de la ciudad. La Torre Cuadrangular de origen romano pero que ha sufrido varias transformaciones a lo largo de la historia de la ciudad. El Arco de Dona Isabel, una de las puertas romanas de la ciudad, son relictos de esta cerca que hoy se pueden ver.




LA CERCA NOVA

Constituida por los paños de muralla y torres erguidos entre los siglos XIV y XV, la Cerca Nova tenía más de 4000 metros de perímetro con sus 11 puertas, 40 torreones, barbacana y fosos. Hoy día se conservan buenos trozos de cortina, 16 torreones y 6 puertas, siendo los más representativos los de la banda occidental de la cerca. La Puerta dos Moinhos do Ventos. Porta de Avis, una de las más antiguas de la ciudad, que ya existía en 1381 y que como curiosidad, después de su casi destrucción fue reparada mediante un impuesto especial a los mercaderes, fue definitivamente restaurada en 1803. La Porta de Lagoa, Porta de Alconchel, Porta do Raimundo, son otros ejemplo que poder visitar en la ciudad.




CERCA ABALUARTADA

Constituido por los baluartes que envuelven la ciudad medieval para dar respuesta a los  avances artilleros, construida según el modelo Vauban, tuvo su origen en la Guerra de Restauración de la Independencia durante 28 años (1640-1668). Sufriendo innumerables modificaciones en su diseño. Hoy día subsisten un buen número de baluartes en diferentes estados de conservación. 


Baluarte do Principe o do Conde de Lippe, construido en 1651, es la parte más sólida e imponente de toda la obra, bien conservados, reforzados angularmente por robustas esquinas de granito, tienen garitas de base cónica y cuerpo cilíndrico, hoy acogen un jardín público. Baluarte do Picadeiro o do Aça, construido en 1663, es el que se encuentra en peor estado de conservación. Baluarte de Machede, es de los más antiguos de la cerca, fue construido en 1640. Estos son algunos de los ejemplos que se pueden observar dando un largo e interesante paseo por la cerca exterior de la ciudad.



CASTELO MANUELINO

Construido por orden del rey D. Manuel en el año 1518, finalizando siete años después. Acuartelamiento construido para el Regimiento de Dragones de la ciudad, ocupado por esta unidad hasta 1940. Actualmente es sede del Regimiento de Infantería número 16. El edificio es de planta cuadrada rematado por cuatro imponentes torres


FORTE DE SANTO ANTONIO

El conjunto de la cerca era completado por una serie de Fuertes en el exterior de las mismas, como el Sao Bartolomeu, el Fortín de Penedos, derribado en el siglo XIX, y sobre todo el Forte de Santo Antonio. Era la más poderosa obra militar y llave de la ciudadela, pues constituía un reducto avanzado y centinela vigilante de las carreteras de Lisboa, Arraiolos y Estremoz, con guarnición permanente en tiempo de guerra. Iniciado en 1650 fue totalmente rehecho en 1665. De tipo Vauban, está constituido por un cuadrado de cuatro baluartes en cuña pronunciada consolidados con cantería en las esquinas. Conserva la puerta primitiva de campaña, orientada al lado septentrional, con pontón, algunas garitas angulares, de ladrillo, y parte del foso descubierto.



Évora









La visita a esta ciudad ha sido uno de los grandes descubrimientos del Alentejo, una impresionante historia con bastantes restos de arquitectura militar muy bien conservados, un largo paseo en busca de estos restos hace que descubras la ciudad, su historia, que resume la historia del Alentejo. Algunos puntos de interés son sin duda la Iglesia de San Francisco con su Capela dos Ossos (Capilla de los Huesos), sus plazas y jardines o la Catedral de Santa María de Évora, además de admirar sus espectaculares edificios.

Catedral de Santa María de Évora

Posiblemente está en el mismo lugar donde se encontraba la mezquita y antes una  capilla visigoda. Con sus dos sólidas torres de granito tiene apariencia de fortaleza y un estilo inspirado en las catedrales francesas del siglo XII. Las obras se empezaron en 1186 y se finalizaron 60 años más tarde. Está construida en un estilo de transición entre el románico y el gótico. Se entra por una portada del siglo XIV con estatuas de los apóstoles. En el interior se aprecia una mayor influencia gótica. El altar mayor es neoclásico del siglo XVIII, el órgano del XVI todavía está en funcionamiento. El coro es barroco de madera de roble tallada con escenas de la vida cotidiana. El claustro se añadió en el siglo XIV. En él se pueden ver varios sarcófagos de arzobispos, se puede subir a la parte alta de los muros desde donde se tienen sorprendentes vistas tanto de los tejados de la catedral como de los campos del Alentejo.





Termas Romanas

Fueron descubiertas en 1987, un complejo que está siendo estudiado en estos momentos y que puede ocupar unos trescientos metros cuadrados, compuesto por el Laconicum, una sala circular de 9 metros de diámetro destinada a baños calientes de vapor. En el centro un tanque de 5 metros de diámetro con el fondo de “opus signinum” (argamasa realizada de cal hidráulica, arena y ladrillo) con una profundidad de 1,30 metros. El Praefurnium, horno que servía de sistema central de calefacción, calentaba al Laconicum mediante la combistión de madera. Además de otras zonas que no son visitables actualmente.




Templo de Diana

El templo formaba parte integrante del foro, fue edificado a mediados del siglo I, consagrándose probablemente al culto imperial. Consta de una planta rectangular, asentándose en un podium de 4 m de altura. En su construcción se utilizó granito local, así como mármol de Estremoz en los capiteles corintios y en la base. En la Edad Media se utilizó como "carnicería", siendo el principal punto al por menor de venta de carne de la ciudad. Como curiosidad nunca ha sido consagrado a la diosa Diana, como popularmente se afirma.




Plaza de Giraldo

En tiempo de D. Dinis era la confluencia de recorridos urbanos polarizados por los monasterios de S. Francisco y S. Domingos. Aquí estaba el centro político y el centro religioso, de un lado los paços del municipio, del otro la iglesia de St. Antão, que fue erguida sobre la primitiva iglesia gótica de Antoninho. En las arcadas a toda la vuelta de la plaza estaba llena de comercios. Aquí se hicieron autos de fe, torneos, justas y corridas de toros. Aquí estaba el pelourinho. En un lado de la plaza está la fuente henriquina, construida sobre una antigua fuente incluida en un pórtico, y donde terminaba el agua traída a lo largo de 18 km, desde las fuentes de la Plata. Hoy día es el centro comercial de la ciudad con terrazas en el centro y comercios en las arcadas.




Iglesia de San Francisco y Capilla de los Huesos

La Iglesia de San Francisco (en la Rua da República) mantiene el sencillo estilo franciscano. El pórtico tiene arcos de estilo mudéjar y el interior se compone de una ancha nave rodeada de capillas. En el siglo XVIII se hizo común entre las familias más adineradas comprar capillas, decorarlas y darles su nombre. A la derecha de la entrada de la iglesia está la famosa Capela dos Osos (Capilla de los Huesos) con la leyenda “nosotros los huesos que aquí estamos por los vuestros esperamos”, un lugar un pelín lúgubre pero interesante de visitar. Se hizo en el siglo XVI con huesos traídos desde cementerios de diversas iglesias de la ciudad. Para entender el porqué de este lugar hay en mi opinión hay que situarse en el contexto de una ciudad floreciente y enriquecida y el escándalo que esto provocaba en los franciscanos con su voto de pobreza y sencillez. Por ello quisieron hacer pensar sobre la poca importancia de los bienes materiales ante la presencia continua de la muerte, creando esta capilla.





Iglesia da Graça

Es una de las obras más significativas del Renacimiento portugués. Se hizo con el fin de servir de panteón a D. Joao III. Encima del pórtico de la entrada hay cuatro estatuas de gigantes o atlantes que cargan con las cuatro partes del mundo donde estaba establecido el gran imperio portugués. Una portada impresionante que impacta al abrirse paso por una da las callejuelas que te conducen a esta iglesia.




Universidad de Évora      

Funda da en 1559 es la segunda Universidad más antigua de Portugal tras la de Coímbra. Se trata de un edificio de dos plantas con fachada exterior renacentista. Un portal flanqueado por dos columnas da acceso al Claustro de los Estudios, de mármol. Pero lo más llamativo son las aulas que tienen las paredes recubiertas de azulejos con escenas relacionadas con las asignaturas impartidas, un lugar muy curioso donde entrar en cada una de las aulas es dar un paseo por la historia.





Acueduto da Agua da Prata

Construido en el siglo XVI, en la época de João III. Fue inaugurado el 28 de marzo de 1537, tras seis años de obras dirigidas por el arquitecto real Francisco de Arruda. Originalmente llevaba el agua hasta la Praça do Giraldo. Fue parcialmente reconstruido en el siglo XVII, como consecuencia de la Guerra de Restauración y clasificado Monumento Nacional en 1910. El material empleado en su construcción fue ladrillo cubierto con una capa de yeso de gran finura y dureza. A un extremo del acueducto hay un depósito de agua, desde donde es conducida por un correspondiente número de tubos subterráneos a las fuentes públicas, cisternas y casas privadas Encontramos una parte situada dentro de las murallas de la ciudad, y otra formada por arcos principales, que se encuentran al norte de Évora. 





Dentro de las murallas de la ciudad, los arcos del acueducto se van reduciendo a medida que llegan al final del recorrido del agua. Bajo estos arcos se han construido encantadoras casitas y tiendas en las calles de la Rua do Cano, la Rua do Salvador o la Travessa das Nunes. Un encantador paseo que partiendo de estas calles te conduce a las afueras de la ciudad poco más del Convento de la Cartuxa y desde ahí parte un trazado senderista que recorre gran parte de la construcción.



Recinto Megalítico dos Almendres

Se trata del mayor conjunto de Menhires estructurados de la Península Ibérica y el monumento megalítico más antiguo de Europa, datado en el V milenio a.C. (2000 años antes que Stonehenge), en los albores del neolítico en la época en que surgían en Europa Occidental las primeras comunidades de pastores y agricultores. Situado a unos trece kilómetros al oeste de Évora. Su planta original era en forma de herradura pero posteriormente sufrió varias modificaciones hasta hoy día donde encontramos con cerca de un centenar de monolitos, alguno de ellos decorados. La situación de este lugar tiene que ver por una parte con la red hidrográfica del entorno así como con los fenómenos astronómicos, relacionados con los movimientos de la luna y el sol.



A poco más de un kilómetro se encuentra el Menhir do Monte dos Almendres, un menhir en solitario de forma ovoide alargada, característicos de esta zona, que en su punta tiene un grabado en bajo relieve “báculo”, tema frecuente en los menhires alentejanos y bretones, un tema que evoca la economía neolítica pastoril, dominio de la naturaleza y domesticación de animales y plantas. Su localización está relacionada con el recinto megalítico dos Almendres, correspondiendo a una dirección astronómica fundamental, indicando la posición de nacimiento del sol en el día más largo del año (Solsticio de Verano). Un Maravilloso lugar que hay que visitar sin lugar a dudas.