lunes, 9 de septiembre de 2024

Ruta por Sierra Bermeja

Mirandilla

Estamos en Mirandilla (Badajoz) en el Parque Natural de Cornalvo. Tras un desayuno en el Bar Moreno, tostada de paté muy recomendable, nos dirigimos a la Ermita de San Isidro de la localidad para hacer esta bonita ruta por Sierra Bermeja de algo menos de 13 kilómetros de dificultad moderada, el track está disponible en WIKILOC.

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Dejamos el coche en la Ermita y comenzamos a subir al Puerto del Venero por el Cordel del Puerto hasta Cuatro Caños y desde allí iniciamos el ascenso por Sierra Bermeja hasta Cerro Terrero, esta mañana nos acompaña una niebla que hace este lugar más encantador, escuchamos gruñidos de jabalís, seguimos caminando para descender y tomar una pista a la derecha que nos conduce de nuevo a Cuatro Caños. 



Desde este punto iniciamos el ascenso por un tramo del Cordel del Puerto hasta un camino que nos conduce, con una continua subida que a veces se hace algo dura, hasta el Cerro del Moro donde se sitúa un vértice geodésico y desde donde hay unas espectaculares vistas del entorno. Descansamos y comenzamos el descenso de nuevo hasta Cuatro Caños y de ahí hasta San Isidro.





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domingo, 25 de agosto de 2024

Zamora


De camino a Mérida decidimos hacer una parada para conocer la localidad castellano-leonesa de Zamora que conserva en su casco antiguo un importante legado de arte románico, lo que le ha valido la declaración de Conjunto Histórico-Artístico. Y es que tantas veces como pasamos por la A66 y por fin decidimos entrar a visitarla.
 
Se encuentra enclavada a orillas del río Duero y en plena Ruta Vía de la Plata, su importancia medieval ha dejado huella en murallas, palacios y templos. El Puente de Piedra que cruza el Duero da la entrada a esta ciudad de fuerte impronta medieval, conocida como la Ciudad del Románico. 


Ya cuando llegamos y comenzamos a pasear por su casco antiguo nos transportan a la Edad Media, época en la que la ciudad soportó sitios y ataques. Llamada “la Bien Cercada”, por su triple cinturón defensivo, siendo el tramo de Muralla mejor conservado el primero de los tres que fue construido en el siglo XI, en tiempos de Fernando I, que rodea el casco histórico y el Castillo, fue edificada sobre otra anterior de época árabe

Conserva alguna de las puertas de acceso: Puerta de Doña Urraca que corresponde a la segunda mitad del siglo XII, Puerta del Obispo junto a la Casa del Cid, Puerta de Santa Clara, Puerta de San Pablo, Puerta de Santa Ana, Puerta de San Torcuato, Puerta del Mercadillo, Puerta Nueva. Destaca el denominado Portillo de la Lealtad constituido por un arco de medio punto y que previamente era conocido como Portillo de la Traición, por donde entró en la ciudad Bellido Dolfos, perseguido por el Cid, después de haber dado muerte al Rey Sancho II. En la  Plaza Mayor estaría la desaparecida Puerta Nueva de San Juan, y queda señalizado en el suelo por donde iría la muralla.



El Castillo de origen árabe que aún conserva la Torre del Homenaje, la puerta y el foso. A su lado, se levantan la torre y el cimborrio de la Catedral de Zamora, sin duda, sus elementos más característicos, con la cúpula gallonada y cubierta con escamas de piedra, de estilo bizantino, se construyó en el siglo XII, mientras que la torre románica que le acompaña data del XIII.



En nuestro camino hasta la Plaza Mayor, por calles estrechas y empedradas, admiramos un nutrido conjunto de iglesias románicas, como las de Santiago el Burgo, La Magdalena o San Cipriano. Bóvedas de crucería gótica, ábsides y portadas adornadas con motivos vegetales y los relieves más antiguos de la ciudad, son algunas de las joyas que, respectivamente, podemos encontrar en este hermoso paseo monumental. Merece la pena detenerse en los capiteles y arquivoltas de todos los templos románicos que encontremos a nuestro paso. 
 
Dentro de la arquitectura civil, destacamos algunos edificios más emblemáticos de traza renacentista: el Hospital de la Encarnación, sede de la Diputación Provincial; el Ayuntamiento Viejo, mandado construir por los Reyes Católicos; el Palacio de los Momos, actual sede de la Audiencia Provincial; o el Palacio del Cordón, que aloja al Museo de Zamora. Otra joya de la arquitectura renacentista es el Palacio de los Condes de Alba de Aliste del siglo XV, hoy Parador de Turismo.

 
La Seña Bermeja, la bandera de la ciudad de Zamora, se compone de ocho tiras rojas que representan las ocho victorias obtenidas1​ por Viriato sobre diversos pretores y cónsules romanos, y una banda verde esmeralda, banda que Fernando el Católico colgaba sobre su hombro​ y que colocó coronando la Seña Bermeja, en recompensa y reconocimiento de los auxilios prestados en la batalla de Toro, que tuvo lugar en la vega de Toro, cerca de Peleagonzalo, en marzo de 1476.


Otro lugar que hay que visitar son Las Aceñas de Olivares, que constituyen un conjunto de molinos de origen medieval que fueron la primera industria de la ciudad. Se levantaron hasta siete ruedas para la molienda del trigo con sus correspondientes presas o azudes. Estas instalaciones, entre los siglos X y XII pasaron a ser propiedad de la iglesia y así se mantuvieron hasta la desamortización de Mendizábal. 
 
A lo largo del tiempo han sufrido diversas reconstrucciones, hasta que en el siglo XIX, perdieron el uso molinero que se le venia dando. Después de una muy minuciosa restauración, las aceñas fueron inauguradas en julio de 2008. Gracias a ello, no sólo se ha recuperado su arquitectura, las tres aceñas, e ingenios que ya de por sí justifican una visita, sino también brinda ahora la oportunidad a los visitantes y habitantes de caminar sobre el Duero, escuchar su fuerza, y disfrutar de sus vistas. Y desde ahí en verano se puede cruzar el río en una barca, la experiencia y las vistas de la ciudad merecen la pena. Y el barquero . .  . cubano de La Habana.



Y para acabar una visita al exterior de la Iglesia de Santiago el Viejo o de los Caballero, es el más sencillo y pequeño de los templos románicos de la ciudad, situada a extramuros, cerca del castillo. Según cuenta la leyenda aquí fue armado caballero el famoso héroe medieval Rodrigo Díaz de Vivar (El Cid Campeador) por el Rey D. Fernando I de Castilla.




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sábado, 24 de agosto de 2024

Santiago de Compostela


Desde Ourense tomamos un tren para dedicar un día a visitar Santiago de Compostela, una vez allí nos esperaba una fuerte lluvia durante parte de la mañana que por la tarde cesó. Mi primera vez en la ciudad, tras el desayuno llegamos a la Plaza del Obradoiro, el centro de peregrinación de Santiago de Compostela, testigo de la historia de una ciudad milenaria, su nombre describe el lugar de trabajo de los artesanos. Es para mí una de las más bonitas que he visto.

Las construcciones que delimitan esta Plaza del Obradoiro son el Pazo de Raxoi que la cierra por su parte occidental justo en frente de la fachada principal de la Catedral de Santiago, el Hotel de los Reyes Católicos y por último, el Colegio de San Jerónimo, actual sede del rectorado de la Universidad de Santiago. Guarda una simbología muy profunda al tratarse del final del Camino de Santiago para la mayoría de los peregrinos, tras cientos de kilómetros a sus espaldas.Es un lugar de alegría e incesante bullicio, tanto de los peregrinos que felizmente alcanzan por fin su meta como de los numerosos turistas que llegan para visitar su gran patrimonio monumental.



Las plazas de Platerías, al sur; Azabachería, al norte y A Quintana, al este, acompañan a la Plaza del Obradoiro en la tarea de rodear la Catedral de Santiago dando lugar a un entorno arquitectónico y cultural que no te puedes perder si visitas Santiago de Compostela.
 
Bajo la lluvia hacemos cola para entrar en la Catedral de Santiago de Compostela, la obra más sobresaliente del arte románico en España. Es, además, la meta final de todos los Caminos de Santiago, que durante siglos han llevado a los peregrinos de la Cristiandad hacia la tumba de un apóstol. Por si fuera poco, fue la piedra inaugural para la construcción de esta urbe monumental, que nació en un bosque sagrado del fin del mundo con vocación de Ciudad Santa y Patrimonio de la Humanidad. Aunque no pudimos acceder a la misa del peregrino, tuvimos la oportunidad de visitarla.


A la salida nos dirigimos al Mercado de Abastos un lugar con un encanto especial que combina un mercado tradicional con la Nave 5 dedicada a la restauración  donde degustar un buen pulpo o zamburiñas. El actual mercado fue construido en el año 1941 y está edificado en el mismo emplazamiento que el anterior mercado, que era de 1870

"O Mercado de Abastos de Santiago é un lugar capaz de despertar a máxia dos cinco sentidos a través da súa ampla oferta de produtos frescos e artesanais. Pola nosa historia, arquitectura, calidade e tradición somos o segundo lugar máis visitado da cidade de Santiago de Compostela". Se indica en un mural en el mercado.


Dejamos el centro histórico de la ciudad para visitar el Parque de la Alameda, data de mediados del siglo XVI, cuando fue donado a la ciudad por el Conde de Altamira. Tiene un diseño de jardín mediterráneo con numerosas especies subtropicales que lo convierten en uno de los parques públicos más importantes de Europa, en lo que a flora exótica se refiere. Bordea una parte de la ciudad antigua y tiene unas magníficas vistas de la Catedral y las fachadas oeste de los principales monumentos.

En su entrada La Alameda nos recibe con la escultura de las Dos Marías, dos personajes populares de la ciudad, cuya fama se debe a que realizaban un paso diario, a las dos de la tarde durante los años 1950 a 1960 por el casco antiguo de Santiago de Compostela, siempre vestidas y maquilladas de manera excéntrica.


Para despedirnos de la ciudad y antes de volver a subir al tren vamos a visitar el exterior del Convento de San Francisco, declarado Monumento Histórico Artístico, este convento fue creado por San Francisco de Asís durante su peregrinaje a Compostela para venerar el sepulcro del apóstol en el año 1214. Se dice que este convento fue encargado a un carbonero, de nombre Cotolay que, milagrosamente, encontró un tesoro con el que pudo costear esta obra.


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