El Monte Blanco

Las ganas de subir hoy han podido conmigo, pese a que el día estaba despejado pero con algunas nubes que arriba eran más, he subido al Aiguille du Midi (3.842 m) frente al Mont Blanc (4.810 m). Es impresionante tener delante a ese coloso, el pico más alto de Europa, son unas emociones que me resulta muy dificil explicar, de verdad, por muchas fotos que suba a la red, por muchos comentarios que escriba, no se puede sentir esto que yo vivo si no estás aquí arriba, sentir el viento en la cara el ruido que hace al chocar con las rocas y los edificios construidos, desde luego me ha quedado grabado para toda la vida, seguro.

 

 

A sus pies el glaciar del Geant (Glaciar Gigante) y el Helero de Bossons (que se ve desde el hotel y es espectacular).

 

Para acceder a este lugar se toma un teleférico desde el mismo Chamonix, el teleférico más alto del mundo y aquí me acuerdo de los que lo construyeron, joder que tios, estamos hablando de principios del siglo veinte, impresionante. También me acuerdo de Paccard y Balmat, ¿que sentirían cuando hicieron cumbre por primera vez? supongo que debería ser algo, no se, indescriptible.

Tras varias horas aquí arriba, tomo un cafelito calentito y decido bajar a Chamonix (1.030 m) parando antes en el punto intermedio del teleférico, Plan de L'Aiguille (2.317 m), desde donde hay unas panorámicas formidables. Decido bajar a pie a Chamonix desde este punto por un sendero, pasando previamente por el paraje de Lac Bleu, un pequeño lago a los pies del Mont Blanc cuya agua tiene tonalidades, como su nombre indica, azulado-verdoso, en este punto hago una parada larga para contemplar unas preciosas vistas.

 

Sigo descendiendo hasta Chamonix, por un sendero que poco a poco se introduce en medio de un denso pinar espectacular, el descenso es fácil pero tiene tramos algo complicados y sobre todo es largo, son dos horas y media de descenso.

Bueno, como veis ha sido un día lleno de emociones que tardaré en olvidar, y mañana más.

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