Comenzamos nuestro viaje con una parada para visitar la ciudad de Valladolid y tomar un primer contacto con el Río Pisuerga que será el nexo común del viaje. Ya visitada en otras ocasiones, siempre es un placer hacer una parada y pasear por sus calles y jardines. Nada más salir del hotel nos vamos a Campo Grande para pasear, este jardín fue creado a finales del siglo XVIII y desde entonces compone un agradable oasis en la gran ciudad, en el podemos encontrarnos con los pavos reales, a los que se puede ver paseando por todos los jardines y caminos mostrando sus brillantes y coloridas plumas. Un lugar ideal para dar un paseo y relajarse.
Pasamos por la Plaza Zorrilla y por la calle Santiago llegamos a la Plaza Mayor, un conjunto monumental que procede del siglo XVI, reconstruida tras el incendio que sufrió, fue la plaza del mercado y donde se celebraban todo tipo de fiestas tanto civiles como religiosas, así como los autos de fe. En el centro de la plaza la estatua del Conde Ansúrez, primer señor de la villa.
Otra visita indispensable en la ciudad es la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción del siglo XVII, donde destaca su retablo mayor de Juan de Juni. La iglesia antigua conserva restos románicos, como la torre y el pórtico norte (s. XIII). Tuvimos la oportunidad de hacer una visita guiada a la torre de la catedral hasta casi 70 metros de altura para concer por dentro el campanario y la maquinaria del reloj así como poder disfrutar de unas espectaculares vistas de la ciudad.
Un lugar interesante es la Casa Museo de José Zorrilla, donde es posible conocer al autor vallisoletano a través de objetos personales y de la misma manera conocer la sociedad del siglo XIX. La casa fue adquirida por el Ayuntamiento de Valladolid en 1917 coincidiendo con el centenario del nacimiento del escritor, a partir de 1988 comenzó a utilizarse turísticamente y la ultíma remodelación se realizó en 2006. Nuestro paseo nos lleva al Mercado del Val, lugar donde adquirir todo tipo de productos frescos, su estructur de hierro del siglo XIX la hace un lugar singular donde realizar una parada.
Frente al Mercado del Val encontramos El Monasterio y la Iglesia de San Benito, construida sobre el antiguo alcazarejo y la muralla medieval. La iglesia fue construida en el siglo XVI con estilo gótico, es uno de los monumentos más queridos por los
vallisoletanos, pues lleva más de seis siglos en la ciudad, el retablo mayor del altar es obra de Alonso Berruguete y constituye el principal atractivo artístico de la nave interior.
Nos encontramos con el Río Pisuerga que recorremos por su margen a traves de unos preciosos jardines que nos llevan hasta la playa de las moreras. Durante todo nuestro viaje este río estará presente, lo volveremos a visitar en ocasiones posteriores. Abandonamos el río para seguir descubriendo esta ciudad paseando por su calles y descubriendo sus plazas como la Plaza de la Universidad donde se encuentra la Universidad de Valladolid con una impresionante fachada principal del siglo XVIII siendo el conjunto civil más importante del gótico vallisoletano, la Plaza de Zorrilla, la Plaza de Santa Cruz o la de San Pablo. Entramos en el Pasaje Gutiérrez, una galería comercial de estilo europeo realizada en 1886, adentrándonos en el Valladolid Burgués del siglo XIX.
Finalizamos nuetra estacia en Valladolid visitando uno de los mejores restaurantes de la ciudad, el Restaurante Trigo, con una Estrella Michelín, un elegante espacio de alta cocina castellana de vanguardia, una gran experiencia gastronómica guiados de la mano de Noemí y todo su equipo. Una cocina innovadora pero dando valor a los productos de la tierra.
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1 comentario:
Muy bonitas. Tengo que volver a Valladolid. Besos.
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