lunes, 9 de diciembre de 2019

Cementerio de los Ingleses


Entre los muchos rincones que esconde el barrio lisboeta de Estrela se encuentra este romántico cementerio, un remanso de paz en medio del bullicio de la ciudad. Para llegar no es tan difícil como parece, si te pones en la Basílica da Estrela se encuentra frente a la misma en un lateral frente al parque. Es uno de los lugares más íntimos y bonitos que hemos descubierto en esta maravillosa ciudad.

En este espacio se vienen enterrando desde el siglo XVII a los británicos protestantes, pues antes no se permitía enterrar a nadie que no fuese protestantes, en 1654 con la firma del tratado de Westminster entre Portugal e Inglaterra donde se reconoció entre otras cosas la libertad de culto religioso para los protestantes residentes en el territorio portugués, acordándose la creación de un cementerio para dar sepultura a los protestantes dentro de Portugal, se llamó "Cementerio de los Ingleses".


El lugar se encuentra junto a los terrenos del Monasterio de Sao Bento da Saude (hoy es la Asamblea de la República de Portugal), fue el primer cementeri0 de Lisboa. Aunque se les permitió enterrar a protestantes fue con una serie de condiciones, como es que las tumbas quedaran ocultas entre cipreses, o que ni ritos ni ceremonias fuesen visibles a los católicos, realizando los entierros de noche. Tras varias ampliaciones quedo tal como lo vemos hoy. En 1822 se levantó la Iglesia de San Jorge, patrón de los ingleses para celebrar los servicios religiosos y una pequeña capilla mortuoria.  
 

Pasear por este lugar despierta muchas sensaciones, una paz y tranquilidad que en pocos sitios de esta gran ciudad hemos encontrado, a la vez que impone. Creo que es uno de los lugares más impresionantes que he visitado en muchos años y seguro que volveremos con todo el respeto que merece el lugar.

A la vez, este lugar encierra una espectacular riqueda botánica, desde cipreses (símbolo de la inmortalidad), palmeras, olivos o dragos. Entre sus pequeños senderos se entrecruzan la hiedra y el musgo, que juegan un papel importante que hace este, un lugar muy especial. Una curiosidad es que no se permiten flores artificiales.


Entre estos senderos descubrimos la tumba más antigua del cementerio perteneciente a un refugiado hugonote, Francis la Roche fallecido el 5 de febrero de 1724. También se encuentra en este cementerio enterrado el escritor inglés Henry Fielding. Caminando por el cementerio nos topamos con una tumba con una estructura piramidal con simbología masónica, es la tumba de un general austíaco masón muerto en servicio en el ejército portugués. También alberga restos de los caidos en acto de servicio en la primera y segunda guerra mundial, entre centenares de tumbas de personas anónimas. Una visita recomendable.


 La tumba más antigua del cementerio, del refugiado hugonote Francis la Roche


 Tumba de un general austíaco masón

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