sábado, 23 de agosto de 2025

Milán


La primera parada de nuestro viaje fue Milán, una ciudad que en principio todo el mundo te dice que tiene poco que ver, pero cuando te sumerges en ella, es una ciudad fascinante, con una gran historia, con barrios históricos donde pasear, palacios y edificios espectaculares, además de pequeñas iglesias que son toda una sorpresa, con unos bellísimos frescos. Cuando llegas en tren, en nuestro caso desde el Aeropuerto de Malpensa, lo primero que te encuentras es la Estación Central una inmensa estación de tren, inaugurada en 1931 por Mussolini para mostrar todo su poder, combina los estilos Art Nouveau y el Art Decó y destaca por sus 24 plataformas cubiertas por cúpulas de acero y cristal, además de paneles de azulejos en las paredes que representan las principales ciudades italianas.



Comenzamos nuestra visita dando un paseo por el Cuadrilátero de Oro, que comprende la Via Manzoni, Via Monte Napoleone, Corso Venezia y Via della Spiga, sin duda un barrio donde encontrar marcas de lujo de moda de casas como Armani, Gucci, Chanel o Cartier entre otras. Y es que esta ciudad es conocida por ser el centro de la moda italiana y me atrevo a decir que mundial.

Continuamos el paseo por el bohemio Barrio Brera, en que disfrutamos paseando por sus calles adoquinadas con balcones adornados con flores, con tiendas originales y tabernas con encanto, es un barrio ideal para pasar una tarde tomando el típico aperitivo milanés en alguno de sus bares o cenar comida tradicional en alguno de sus locales. Situado en el centro histórico de Milán, concentra numerosos edificios del siglo XVIII entre los que destaca el Palazzo Brera con su espectacular Pinoteca, considerada uno de los museos más importantes del mundo. Recomendamos recorrer las calles vía Brera, vía Pontaccio, Corso Garibaldi y Corso Como. 

Palazzo Brera

Seguimos nuestro paseo, descubriendo esta ciudad que cada vez nos va gustando más, pese a estar parte de ellas en obras de cara a la celebración de los Juegos Olímpicos de Invierto Milan-Cortina y de la gran cantidad de gente que hay por todos lados, llegamos al Castello Sforzesco. Tiene su origen en una fortaleza construida durante el siglo XIV. En este lugar vivieron varios señores de la familia Visconti, más tarde, el duque Sforza hizo construir el castillo sobre las antiguas murallas, y posteriormente el príncipe Francisco Sforza fijó allí su residencia. Mucho después, el castillo se utilizó como almacén de municiones. Cuando parte de Italia estuvo ocupada por España, incluso hubo españoles en el castillo. Los franceses, alemanes e italianos también ocasionaron daños al castillo. Solo cuando Milán pasó a formar parte del Reino de Italia en el siglo XIX, desapareció el carácter militar del castillo y el recinto completo pasó a manos de la ciudad de Milán.

Las estatuas y los detalles arquitectónicos de las paredes, las torres, el reloj, los patios son algo para pararse, detenerse en este lugar e imaginárselo en el pasado. En el interior del castillo se encuentran una pinacoteca, dos bibliotecas y más de diez museos entre los que destacan el Museo de Arte Antiguo. Uno de los lugares imprescindibles de esta ciudad.



Justo al lado encontramos el Parque Sempione, un lugar para dar un agradable paseo lejos del ruido, es un enorme jardín de estilo inglés en el que puedes encontrar desde un lago artificial hasta amplias zonas de césped que se llenan de gente cuando hace buen tiempo. En uno de los extremos del parque se encuentra el enorme Arco della Pace que conmemoraba las victorias de Napoleón.



Bajando desde el castillo lo primero que encontramos es el Monumento a Giuseppe Garibaldiuna escultura ecuestre de bronce ubicada en el centro de la Piazza Cairoli, específicamente en el Largo Cairoli, cerca del Castello Sforzesco y la Via Dante. La estatua, obra del escultor Ettore Ximenes, representa a Garibaldi con un poncho y un gorro húngaro, mirando al horizonte, y está rodeada por alegorías de la Revolución y la Libertad.


Desde este punto, bajando por Via Dante llegamos a la Piazza del Duomo en cuyo centro se encuentra la estatua de Victor Manuel II y que se encuentra rodeada de edificios históricos, llegamos al Duomo de Milán, una de las catedrales más gran des y bonitas del mundo. Esta catedral gótica, que se empezó a construir a finales del siglo XIV y tardó cinco siglos en ser terminada (en 1950), destaca por su fachada de mármol blanco rosado y por su terraza con espiras ornamentadas con nichos, esculturas y relieves, y coronadas por una estatua, la Madoninna. En su imponente interior se encuentra la Estatua de Bartolomé el Apóstol, un enorme órgano y un altar de mármol de estilo renacentista, que guarda en la parte de atrás un Clavo de la Cruz de Cristo, aunque nuestro lugar favorito de la catedral es la terraza, desde la que disfrutamos de unas increíbles vistas panorámicas del centro histórico entre las más de dos mil estatuas y los pináculos, y desde donde hay unas bonitas vistas de la ciudad.




Salimos de nuevo a la Piazza del Duomo y en uno de los lados se encuentra la Galería Vittorio Emanuele II. Se trata del centro comercial más antiguo de Italia, quizá incluso de todo el mundo. El edificio data del año 1877 y lleva el nombre del primer rey del Reino de Italia. Sobresale por su gran cúpula acristalada que une la Plaza del Duomo con la Plaza de La Scala, dos de las plazas más importantes de la ciudad. Dentro de la galería se encuentran tiendas de lujosas firmas, cafeterías históricas como el Café Biffi, el emblemático bar Camparino y la Libreria Bocca, antigua imprenta oficial de la Casa de Saboya. También hay varios mosaicos repartidos entre el suelo y los laterales de la galería, entre los que destacan la Loba de Roma y el Toro de Torino, en el que verás un pequeño agujero en el dibujo, del que se dice que si pones el pie dentro y das tres giros, te traerá muy buena suerte y volverás a Milán.



Salimos de la galería a la Piazza della Scala, donde se encuentra el Teatro alla Scalauno de los teatros de ópera más famosos del mundo de arquitectura neoclásica, se construyó para sustituir a otro edificio de teatro que, por desgracia, fue totalmente devastado por un incendio en el siglo XVIII. Milán siempre ha sido la capital de la ópera. Muchas óperas famosas se representaron por primera vez en este teatro, como, por ejemplo, Otelo de Verdi, Madama Butterfly de Puccini, La Cenicienta de Rossini y Norma de Bellini. No tuvimos la oportunidad de visitarlo por dentro ni de asistir a una representación. Por fuera parece un edificio normal, pero en su interior está cargado de historia, como curiosidad, Giuseppe Verdi dijo que quería morir cerca de este lugar, así que fue internado en un hospital en una de las calles aledañas hasta su muerte.


Aquí hago una parada para recomendar un lugar que encontramos por casualidad, que no aparecía en ninguna guía, ni era publicitado por ningún influencer, el Restaurante da Zero, no es una trattoria clásica, pero hacen unas pizzas espectaculares y lo puedes encontrar en varias ciudades de Italia. 

Continuamos nuestro viaje a Milán en la Piazza Mercanti, un lugar histórico, una plaza que recuerda su pasado comercial con elegantes edificios medievales y un antiguo pozo de agua del siglo VXI, situado en el centro. Entre sus edificios más emblemáticos, que albergaban importantes instituciones en la época medieval, destacan el Palazzo della Ragione (tribunal de justicia), el Palazzo delle Scuole Palatine (escuela superior), el Palazzo dei Giureconsulti (sede de la Cámara de Comercio) o la Loggia degli Osii (oficina de jueces y notarios).

Caminamos hasta la Iglesia de San Maurizio al Monastero Maggiore, construida en 1503 y que forma parte de un convento benedictino, nos quedamos sin palabras cuando vimos los grandes frescos realizados por importantes artistas del renacimiento que cubren las paredes interiores y que se encuentran en tan buen estado de conservación que le han valido el apodo de “La Capilla Sixtina de Milán”.



Otro lugar muy interesante de visitar en Milán es el Cementerio Monumental, se encuentra en la parte norte del centro de la ciudad, entre Chinatown y el barrio de Zona Farini, junto a las vías del tren, se extiende en 250 000 metros cuadrados, y parece un museo al aire libre repleto de magníficas tumbas, mausoleos, esculturas y templos, tiene otras obras de gran valor artístico como una torre con escenas de la vida de Jesús, una pequeña Columna de Trajano, varias esculturas que representan la Última Cena, todas ellas pertenecientes a importantes familias milanesas.



De camino a barrio I Navigli pasamos por las Columnas de San Lorenzouna de las pocas ruinas romanas que se conservan en la ciudad de Milán. Estas 16 columnas de mármol del siglo II d.c. fueron llevadas a esta zona para la construcción de la iglesia de San Lorenzo, situada justo en frente y la más antigua de Milán.


Un lugar indispensable si estás en Milán es el Barrio I Navigli, es el barrio de los canales, que se llena de buen ambiente todas las noches. Estos canales presentaron muchos problemas de navegabilidad hasta que en el siglo XV el maestro Leonardo da Vinci los mejoró para convertirlos en grandes rutas de transporte de mercancías y pasajeros que llegaban a Milán, en la actualidad se han reconvertido en un bonito paseo lleno de restaurantes y terrazas donde tomar el típico Apperol Spritz, a partir de las 18:00, los bares y cafeterías del barrio de I Navigli están listos para tomar esta bebida típica con el famoso aperitivo. Y aquí recomendamos Spritz Navigli Milano donde el aperitivo se convierte en buffet libre. 




Otra cosa, ya por último, que hay que hacer en esta ciudad sí o sí es subir a uno de los Tranvías Históricos, que te permiten no solo viajar en el espacio, también en el tiempo, son un testimonio de la ciudad.




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