16 de mayo de 1811, en el entorno
del pueblo de La Albuera se libra una de las batallas más sangrientas de la
Guerra de la Independencia española, el ejército napoleónico del mariscal Soult
contra el ejército aliado anglo-hispano-portugués comandado por el mariscal
Beresfor. El ejército de Napoleón ha invadido España y el pueblo español se
rebela contra la ocupación francesa con el apoyo de Portugal e Inglaterra.
En mayo de 1811 parte del
ejército francés se encuentra sitiado en Badajoz esperando los refuerzos del
mariscal Soult que vienen desde Sevilla. Las tropas aliadas, compuestas por
30.000 infantes y unos 3.600 hombres a caballo se desplazan desde Badajoz a La
Albuera para esperar al ejército francés de Soult formado por 20.000 infantes y
4.500 hombres a caballo.
El día 16 de mayo de 1811, a las
8 de la mañana de un día lluvioso, con niebla, los campos embarrados, el
mariscal Soult envía parte del ejército contra el ejército aliado, mientras el
grueso de las tropas da un rodeo para atacar por sorpresa el flanco derecho de
las tropas aliadas. Pero los aliados se dan cuenta de la maniobra reaccionando
rápidamente. El humo y las malas condiciones meteorológicas hacen de la escena
un caos, llegando incluso a dispararse las tropas entre sí debido a la mala o
nula visibilidad.
Las tropas aliadas rechazan los
numerosos ataques del ejército francés, ambos ejércitos acaban retirándose
debido a las numerosa bajas. En las cerca de seis horas de batalla se producen
más de 10.000 muertes entre ambos bandos, no hubo vencedores.
"Y cuando llegó la tarde, Soult se replegaba hacia Sevilla, en el campo de batalla quedaron 10.000 hombres muertos o heridos, y el agua de lluvia corría por los arroyos Chicapierna y Valdesevilla, roja de sangre ... El pueblo de La Albuera, que aquel día funesto quedó reducido a escombros por el cañoneo, ha sabido convertir tal fecha en una lección de historia, reconciliación y tolerancia."
Arturo Pérez-Reverte.
Una lección de historia, 1997
Cada año por estas fechas se recrea en La Albuera esta
batalla, los habitantes del pueblo se vuelcan con una representación
impresionante, donde el olor a pólvora y el ruido de la batalla inundan la
localidad. Acompañado a la representación, numerosas actividades recuerdan la
vida en la localidad durante esa época. El día comienza con una representación,
en el centro de interpretación de la batalla, de los momentos previos a la
batalla, cuando entre todos los comandantes aliados deciden que la batalla es
inminente y se lo comunican al corregidor de La Albuera, luego por la tarde se
produce la representación de la batalla.
Fragmento de la Batalla de La Albuera
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