En esta ocasión si que fui a visitar Madinat al-Zahra (La Ciudad Brillante) y me sorprendió muy gratamente, es impresionante. Ciudad que Abd al-Rahman III mandó construir a los pies de Sierra Morena, situada a ocho kilómetros de Córdoba capital, símbolo de su poder, a imitación de otros califatos orientales y sobre todo, para mostrar su superioridad sobre sus grandes enemigos. Aunque la tradición popular también dice que fue edificada como homenaje a la favorita del califa, Azahar.
Aprovechando perfectamente el desnivel del terreno, la ciudad de Medina Azahara fue distribuida en tres terrazas; el recinto de la ciudad adopta un trazado rectangular. La primera corresponde a la zona residencial del califa, seguido por la zona oficial (Casa de los Visires, cuerpo de guardia, Salón Rico, dependencias administrativas, jardines...) para finalmente albergar a la ciudad propiamente dicha (viviendas, artesanos...) y la Mezquita Aljama, separadas de las dos terrazas anteriores por otra muralla específica para aislar el conjunto palatino.
La construcción comenzó a finales del 936 de la era cristiana, estando las obras a cargo del maestro alarife Maslama ben Abdallah, y se continuó durante los cuarenta siguientes, alcanzando los tiempos de su hijo y sucesor en el califato, al-Hakam II. Y en el 945 se produce el traslado de la corte a esta ciudad.
Transcurridos poco menos de cien años, sin embargo, todo este conjunto monumental y fastuoso quedó reducido a un inmenso campo de ruinas, pues fue destruido y saqueado en el 1010, como consecuencia de la guerra civil (o fitna) que puso fin al Califato de Córdoba. Los saqueos, los enfrentamientos y los incendios destrozaron la ciudad más bella de occidente.
En los primeros años del siglo XX, concretamente en 1911, durante el reinado de Alfonso XIII, es cuando las primeras excavaciones comenzaron de manera oficial, despejando cualquier tipo de duda al respecto, si es que todavía la había, de lo que yacía bajo el suelo. A partir de este momento, y hasta el largo parón producido por la guerra civil, las excavaciones se fueron produciendo con regularidad. Tras el fin del conflicto bélico, se vuelven a reanudar las campañas arqueológicas tras unos años de parón, destacando las realizadas por el arquitecto Félix Hernández que excavó la parte central del alcázar. Actualmente se ha excavado solo un 10% del total de la superficie intramuros de la ciudad, correspondiendo al núcleo central del alcázar, aunque los últimos trabajos de excavación realizados en el yacimiento durante los últimos años se están centrando por primera vez en áreas no correspondientes al complejo palaciego, y tan solo se puede visitar un 5% del complejo, pero es impresionante. Y merece una visita, tranquila para recorrer sus calles y edificios, pasando antes por su centro de interpretación.
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