jueves, 8 de septiembre de 2022

Curral das Freiras

 
A primera hora de la mañana, desde Funchal, pusimos rumbo hacia Curral das Freiras; no sin antes visitar el Mirador de Eira do Serrado que pilla “más o menos” de paso, justo antes de entrar al túnel por el que discurre la carretera que une Funchal con Curral das Freiras, sale la carretera que nos llevará hasta el mirador.

El Mirador Eira do Serrado es otro de los miradores típicos de Madeira, situado a 1095 metros de altitud es uno de los más bonitos de la isla; este ofrece unas increíbles vistas de la localidad de Curral das Freiras, en el centro de la isla. Ofrece vistas de
un profundo valle en el que se encuentra la localidad, originado por un enorme cráter de un volcán extinguido. Un bonito paisaje coronado por las crestas de las montañas en el que, en un día soleado como el que tuvimos se puede ver el contraste de los azules del cielo, los verdes y marrones de la montaña. 
 

 
Después de un buen rato en el mirador, bajamos a Curral das Freiras (“Valle de las Monjas”), una pequeña parroquia ubicada entre impresionantes montañas en el corazón de la isla. En el Posto do Turismo el chico que estaba nos explicó la historia de este pequeño municipio situado en el centro de la isla. Un lugar donde la castaña forma parte del municipio, en nuestro caso tuvimos la oportunidad de probar el Bolo de Castanha.
 
Curral das Freiras fue propiedad de una pareja que vendió sus tierras al capitán donatario de Funchal,  João Gonçalves da Câmara, quien la dio en herencia a sus hijas cuando entraron en el convento de Santa Clara en 1566 las monjas huyendo de los piratas que atacaban Funchal y encontraron refugio aquí, trayendo con ellas sus tesoros.  
 


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