jueves, 16 de noviembre de 2017

Campo de Concentración de Castuera

 Base donde se situaba la cruz en el patio central

El Campo de Concentración de Prisioneros de Castuera, fue un importante elemento dentro del entramado represivo del franquismo. La memoria de las vícitmas de las cuales ya van quedando pocas, la pervivencia de algunos vestigios físicos muy diseminados, el esfuerzo de historiadores como Antonio D. López Rodríguez, quién nos guió por el campo y nos dió unas breves pero intensas pinceladas sobre la historia del campo, como era y como se fue transformado, así como el movimiento asociativo de la localidad de Castuera, como la "Asociación Memorial Campo de Concentración de Castuera", han contribuido a que el lugar sea declarado como Bien de Interés Cultural y su conversión en un lugar de memoria y un espacio educativo.

Base donde se situaban los barracones.
El Campo de Concentración funcionó entre marzo de 1939 y  marzo de 1940. Este fue el más importante por su tamaño y su duración, pero no el único, en las zonas de la Siberia y los Montes de Extremadura, también se adecuaron núcleos concentracionarios en el Palacio del Cíjara, Herrera del Duque, Fuenlabrada de los Montes, Castilblanco, Valdecaballeros, Siruela y en los caseríos de Zaldívar y de “Las boticarias” en Casas de Don Pedro.

El lugar elegido por los mandos de la 21 División para emplazar el campo es una extensa planicie, situada en la finca La Verilleja, ubicada a tres kilómetros de Castuera, en la falda norte de la Sierra de Benquerencia, y a la que se accede por el camino que pasa por las traseras del Cementerio, donde se descubriero varias fosas comunes, y en cuyos muros, según algunos testimonios, se prudojeron fusilamientos.



En el lado noroeste del Campo se encontraba el acceso principal al Campo. Dicha puerta estaba rodeada de alambradas, dispuestas en zig-zag para evitar fugas y un foso, desde allí se accedía a la zona principal. En su interior, un número variable de barracones prefabricados en los que se hacinaban en condiciones infrahumanas los prisioneros, 60 personas en cada barracón, y ahora cuando estás sobre el terreno, es terrorífico pensar en las condiciones en las que vivieron. También existieron varias construcciones auxiliares (zona de tiendas provisionales, servicios internos, barracones de incomunicados y posteriores, pozos y lavaderos). Al noreste, se encontraban las letrinas y el basurero del campo.


Foso, a un lado se situaba la alambrada.

A lo largo del tiempo que permaneció en funcionamiento, mas de 10.000 prisioneros civiles y militares pasaron por sus instalaciones. De hecho, según la documentación manejada por José Ramón González y Antonio D. López había en abril de 1939 un total de 5.950 prisioneros en el Campo.
El campo funcionó como espacio de internamiento, clasificación, reeducación, represión y aniquilación selectiva, según cuentan algunos supervivientes, una forma de eliminación fue la "Cuerda India", que consistía en arrojar a las minas cercanas como es el caso de La Gamonita o Tetuán, a grupos de prisioneros atados unos a otros y para asegurar su muerte lanzaban después bombas de mano.

Mina "La Gamonita"
Se conservan estremecedores testimonios, como el de Albino Garrido, quien fue voluntario en el ejército republicano y sirvió en el frente de Extremadura, que estuvo recluido en el campo, siendo uno de los pocos que consiguieron fugarse del campo, en enero de 1940 junto con otros cinco prisionero atravesaron la península hasta alcanzar la frontera francesa. 

"Un día, estando en la barraca, vimos pasar a los falangistas con un cadáver envuelto en una manta. Reconocimos la manta. Pertenecía a Isaías Carrillo Sosa, era de Almendralejo, provincia de Badajoz. Antes de haberle llevado a la barraca número ochenta, la de los incomunicados, estaba con nosotros. Cuando al grupo nuestro nos llevaron a la ochenta, nos enteramos cómo le mataron. Estaba matando piojos a la luz de la ventana y el falangista de guardia frente a la barraca disparó y le mató".

Volver a mi pueblo, Castuera, conocer parte de su historia de la mano de Antonio, pasear por este lugar una vez más, ver las flores colgadas de las paredes de la boca de la mina de La Gamonita o en la base donde se situaba "la cruz" en el centro del patio del campo, ha sido una experiencia muy emocionante ... me cuesta describir lo que he sentido.

 Aquí se situaban las letrinas.
Esta entrada solamente es un breve retazo de lo que significa el Campo de Concentración de Castuera, os recomiendo seguir los siguientes enlaces para conocer más profundamente la historia y lo que supuso este lugar.

Libro:
CRUZ, BANDERA Y CAUDILLO. El Campo de Concentración de Castuera.
Autor: Antonio D. López Rodríguez
Edita: CEDER - La Serena 
Año: 2006
ISBN: 84-95635-04-6



 Más Fotografías del 
Campo de Concentración
en mi ÁLBUM DE GOOGLE

1 comentario:

Teresa dijo...

Interesante reportaje, que no se deben olvidar. Saludos.