Pero entre ponencia y ponencia, visité la ciudad, y me pareció que tiene un centro histórico que merece un paseo pues tiene rincónes verdaderamente espectaculares, por supuesto visité la Basílica del Pilar, compre las típicas imágenes de la virgen para regalar y por la noche las tapas por el casco antiguo, recomendable igualmente.
Por casualidad y sin saber de su existencia encontré el Teatro Romano de Cesarea Augusta, que está muy bien conservado.
La pena es que he tenido muy poco tiempo, así pues queda pendiente una visita más despacio a esta maravillosa ciudad. Por cierto, mis padres la visitan el próximo fin de semana, seguro les va ha gustar, y a todos vosotros os la recomiendo, aunque ahora está de obras por el tranvía.
1 comentario:
Olá Gabriel...
Felizes os povos que preservam as maravilhosas memórias de seu passado,adorei esta cidade...
Saludos
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