Conjunto Arqueológico de Itálica

En Santiponce, a tan sólo 7 kilómetros de Sevilla se puede visitar el Conjunto Arqueológico de Itálica, uno de los yacimientos romanos más valiosos de la Península Ibérica. Y mira que hemos pasado veces por el lugar, pero nunca habíamos parado para visitarlo, esta ocasión fue el momento de conocer este importante yacimiento arqueológico.

Fue en torno al año 206 a. C, en que el cerro de San Antonio, promontorio sobre el que hoy se asienta la localidad de Santiponce, se convertía en el escenario de la batalla de Ilipa, un enfrentamiento militar clave dentro del contexto de la Segunda Guerra Púnica. Aquí, el general romano Publio Cornelio Escipión (El Africano) vencía, junto a sus temidas legiones, a las huestes cartagineses, estableciendo con ello las bases de la primera urbe romana fundada fuera del territorio italiano.

Era lugar de paso habitual en las rutas que conectaban con Munigua y otras zonas mineras de la Sierra Norte de Sevilla, durante los siglos siguientes cuando la ciudad romana de Itálica experimentaría una importante etapa de prosperidad. Conociendo a tres emperadores, Trajano, Adriano y Teodosio I el Grande.

Tras la Caída de Roma en el año 410, la ciudad de Itálica pasaría a acoger otros habitantes. Otras civilizaciones, tales como la visigoda, la árabe y, finalmente, la cristiana, fueron haciendo uso diverso de las instalaciones legadas por los romanos.

Hoy día podemos visitar:

El Anfiteatro

Finalizada su construcción alrededor del año 138 d. C, durante la época del emperador Adriano, el Anfiteatro de Itálica llegó a ser uno de los más grandes del Imperio romano. Con una capacidad estimada de 25.000 personas, unas gradas distribuidas en tres niveles.

El Teatro Romano
El otro gran atractivo que ha logrado pervivir en el tiempo para fortuna de nuestros ojos es el Teatro Romano, la obra civil más antigua de Itálica. Su situación, incrustada en pleno casco urbano de la actual Santiponce, se puede admirar desde una plataforma.

Las Termas
En Itálica también se pueden visitar hasta dos conjuntos de termas de carácter público: las Termas Menores, situadas en la ciudad vieja; y las Termas Mayores, en la ciudad nueva, de una superficie aproximada de 32.000 metros cuadrados, dejan entrever la distribución no sólo de sus propias piscinas, sino también de los hornos subterráneos que las calentaban, un sudatorio, una sala de masajes, una sauna, unos vestuarios y un gimnasio de la época.

Casas particulares.

Se puede recorrer su trazado original y, así, imaginar que deambulamos por las calles pavimentadas de entonces, observar las estructuras todavía visibles de las antiguas casas particulares, como la casa de Neptuno, la casa de la Exedra, la casa del Patio Rodio, la casa de Hylas o la casa de los Pájaros.

También son de destacar los mosaicos, como el Mosaico de la casa del Planetario, el cual consta de un círculo en cuyo interior se exhiben siete medallones correspondientes a cada divinidad planetaria (Cronos, Urano, Poseidón, Gea, Afrodita, Ares y Hermes). También merece la pena mencionar el Mosaico del Laberinto, con la figura de Teseo, el vencedor del Minotauro, en el centro, situado en el interior de la casa de Neptuno.

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