Beira Baixa, uno de esos secretos escondidos de Portugal, un auténtico descubrimiento, se trata de una zona limítrofe con España situada a menos de dos horas de Cáceres, es una de las puertas de entrada a Portugal y está compuesta por un total de seis municipios: Castelo Branco, Idanha-a-Nova, Oleiros, Penamacor, Proença-a-Nova y Vila Velha de Ródão. Un lugar que aúna historia y naturaleza.
Nos disponemos a visitar alguno de sus municipios, comenzando por Castelo Branco y comenzamos por el Castelo y Muralhas, del cual existen vestigios de presencia humana protohistórica. Aunque fue construido en la Edad Media por los Templarios entre 1214 y 1230, formado por un recinto amurallado y varias torres, más tarde el rey D. Dinis amplió los límites del castillo y posteriormente en 1343 D. Alfonso IV amplió las murallas.
Durante todo nuestro paseo por el casco histórico de la ciudad no dejamos de ver gran cantidad de Portas Quinienistas, son casas que nos muestran estas puertas del siglo XVI, una arquitectura de escasos recursos con decoración Manuelina. En los dinteles de las puertas y ventanas podemos ver detalles decorativos en alto y bajo relieve.
El Jardim do Paço Episcopal es un lugar espectacular, con multitud de estatuas, es uno de los ejemplos más originales del Barroco en Portugal, un lugar muy bonito. Junto a este se encuentra el Museo Francisco Tavares Proença Júnior, fundado en 1910, el museo tiene como base la colección arqueológica de Francisco Tavares Proença Júnior, a la que se añadieron piezas de arte antiguo provenientes del interior del Paço Episcopal y sucesivas incorporaciones de restos arqueológicos, ornamentos litúrgicos y colchas bordadas. Un lugar ideal para conocer los orígenes y la historia de esta ciudad de la Beira.
A las afueras de la ciudad encontramos un lugar maravilloso para dar un paseo, el Parque Barrocal, considerado uno de los parques más increíbles de Portugal, integrado en el Geopark Naturtejo da Meseta Meridional y en la Reserva de la Biosfera del Tajo Internacional, su deslumbrante paisaje geológico, moldeado durante más de 310 millones de años, nos muestra una espectacular formación granítica entre caminos, pasarelas, miradores y espacios de recreo, todo muy didáctico, ideal para ir con la familia. El Maciço Granítico de Castelo Branco (MGCB) está constituido por cinco diferentes facies graníticas dispuestas concéntricamente, aflrando en un área de 390 km2. El Granito do Berrocal (GRB) es un granito de dos micas con cantidades iguales de biotita y moscovita, de grano medio a grueso.
Dejamos Castelo Branco y nos dirigimos a Monsanto, una preciosa y espectacular localidad de la Beira Baixa en la cual se entremezclan las casas dentro de las rocas de granito que dominan el paisaje, pasear por sus calles es algo mágico, hasta subir a su Castelo desde donde se domina una basta extensión de terreno. Se trata de una de las muchas Aldeias Históricas de Portugal. Ya dediqué hace algunos años una entrada a este lugar en el siguiente ENLACE.
Continuamos nuestro viaje hasta llegar a un lugar que nos sorprendió, se trata de la Aldea Histórica de Idanha-a-Velha. Durante la época romana y visigoda se la conoció con el nombre de Egitania y poseyó cierta importancia, de la cual nos ha llegado hasta la actualidad una gran cantidad de patrimonio, como son sus murallas, el castillo, el puente sobre el río Ponsul, que nos acompaña durante todo nuestro viaje, y la catedral visigoda, única en su género en la península ibérica. El castillo fue fundado por don Gualdim Pais, maestre de la Orden del Temple en Portugal y en 1229 se le concedió su fuero.
Idanha-a-Nova se encuentra a medio camino entre Lisboa y Madrid, llegamos a este municipio portugués perteneciente al distrito de Castelo Branco para dar un paseo por su calles, conocer su centro histórico y visitar su castillo, del cual queda poco, parte de la antigua muralla resiste al tiempo, fue edificado en el siglo XIII por los Templarios integrado en la defensa de la Beira Baixa. En su centro se levantó en la década de 1940 el "Cruceiro de los Centenarios de Idanha-a-Nova". Desde el castillo se vislumbra un impresionante panorama de la Campiña da Idanha, Monsanto y Castelo Branco e incluso al este la frontera con España.
Pese a la lluvia que comenzó a caer persistentemente, decidimos parar y dar un rápido paseo por Salvaterra do Extremo, que ya habíamos divisado cuando visitamos el Castillo de Peñafiel, al otro lado de la frontera, en España. Tratamos de localizar su castillo del cual no quedan restos visibles.
Continuamos por la frontera para visitar Monfortinho y las Termas de Monfortinho. La existencia de restos luso-romanos hace suponer que los manantiales de Monfortinho ya fueron utilizados durante el período de la colonización romana, aunque sólo se tiene conocimiento seguro de su utilización a partir del siglo XVII. Un lugar de calma y tranquilidad a orillas del Río Ponsul.
Abandonamos Portugal y nos dirigirnos de nuevo a España, después de haber conocido parte de la Beira Baixa a la cual volveremos, pues falta mucho por visitar.
Más fotografías del Viaje en mi ÁLBUM DE GOOGLE:
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