Todo comienza con unas declaraciones del Alcalde de la ciudad de Vigo, que llamaron nuestra atención, sobre el alumbrado navideño de la ciudad, y es lo que nos hizo visitar la ciudad, aunque no solo por el alumbrado sino para conocerla un poco. Tras un largo viaje llegamos al hotel justo frente al puerto, lugar donde comienza nuestro paseo por el centro histórico de la ciudad. Recorrer arriba y abajo las calles de este precioso casco histórico es un auténtico placer, visitar la Plaza da Princesa y la Porta do Sol, en estos días navideños con una espectacular iluminación que atrae a turistas de todos los rincones del país.
Desde
la Plaza de la Constitución que alberga el edificio del antiguo ayuntamiento
pasando por la Concatedral de Santa María de principios del siglo XIX que
sustituyo a una antigua colegiata, y acabar tomando una mariscada en el Mercado
da Pedra.
Continuamos
el paseo por el Vigo señorial, donde a finales del siglo XIX, cuando la
burguesía viguesa en pleno apogeo, empezó a construir grandes edificios. Desde
la Porta do Sol, por la calle Policarpo Sanz o calle Areal, caminamos entre
impresionantes edificios como el Teatro García Barbón de principios del siglo
XX. La calle Urzaiz, la calle Príncipe como principal arteria peatonal y de
compras de la ciudad que estos días están repletas de vigueses y turistas.
Es importante destacar varios lugares, el Monte O Castro, la Fortaleza de San Sebastián o la
visita a las Islas Cíes (a la que dedicaré una entrada en este blog).
El
Monte O Castro, es el parque con las
mejores vistas de Vigo y la Ría, lugar de emplazamiento de un antiguo poblado
fortificado (castro) del que se puede apreciar hoy en día una parte escavada en
distintas intervenciones arqueológicas, con varias construcciones circulares
(prerromanas) y cuadrangulares (forma proveniente de la romanización). Está datado entre los siglos III y I
a.C. y es el punto de origen de la ciudad de Vigo, el lugar donde los primeros
pobladores se asentaron. El castillo del Castro, del siglo XVI, formaba parte
del sistema defensivo de la ciudad. Se construyó en la Edad Media al mismo
tiempo que el castillo de San Sebastián. La fortaleza del Castro estaba formada
por tres recintos amurallados. En la actualidad solo se conserva el primer
recinto y parte del segundo; el tercero, que sería la muralla de la ciudad,
desapareció en su totalidad. Tiene forma poligonal y está construida en
granito. Se encuentra abierta al público, llegando al Ayuntamiento asciendes
hasta el parque para desde donde hay unas bonitas vistas de la ciudad.
El
Fuerte de San Sebastián, en cuyo
interior hoy se sitúan las oficinas del Ayuntamiento de Vigo, se levantó al
mismo tiempo que la villa se comenzaba a amurallar en 1656 durante el reinado
en España de Felipe IV con el objetivo de proteger a Vigo de los ataques de
ingleses y portugueses. En el lugar en donde se levanta el castillo había una
ermita advocada a San Sebastián, y la
nueva muralla cerraría hasta dicha capilla, donde además se levantaría un
fuerte. En 1719 los ingleses invaden Vigo y el
castillo quedó en ruinas pasando a utilizarse como espacio para el ganado,
defendiéndose luego la villa desde la Fortaleza del Castro. Como curiosidad se encontraron pasadizos y túneles que
unían las dos edificaciones defensivas entre sí y la ciudad. Ya en el siglo XIX sirvió de hospital,
siguió como cuartel militar hasta 1964, cuando pasa a ser propiedad del Ayuntamiento de Vigo.
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